La experiencia de diez días en Tinduf revela la dureza del exilio y la fortaleza de un pueblo que nunca se rinde.
Tras regresar de los campamentos de refugiados en Argelia, la doctora Sol Espías plasma en una crónica personal el sufrimiento y la dignidad de los saharauis, víctimas de un exilio que dura ya medio siglo.
“El pueblo saharaui no merece este destino”. Con esas palabras comienza una reflexión marcada por la emoción y la denuncia. La crónica describe la vida en los campamentos de la hamada argelina: jaimas, casas de adobe frágiles, escasez de agua y alimentos, hospitales con recursos limitados y generaciones enteras que nunca han conocido su tierra.
Pese a todo, Espías resalta la riqueza humana del pueblo saharaui: su solidaridad, su fortaleza, el papel decisivo de las mujeres y una esperanza que se mantiene intacta. Su relato es un homenaje a quienes, en medio del olvido internacional, siguen levantando escuelas, hospitales y sueños.



